Consejos, recomendaciones, tips, reflexiones, opiniones y artículos relacionados a sexualidad humana. Todo lo debemos saber y seguir conociendo sobre nuestra sexualidad (la de nuestras parejas). Romper mitos y tabúes. Disfrutar de los placeres. Conocer más sobre las relaciones de género. Y todo con una mirada desde la psicologá clínica. Se desea que adolescentes y jóvenes puedan informarse sobre sexualidad con el derecho a que ellos y ellas decidan sobre sus vidas.

jueves, 10 de julio de 2008

Infidelidad: ¿la debo contar?


Quienes cometen un engaño amoroso se ven luego en la disyuntiva de tener que aclararlo con su pareja o guardar el secreto para siempre. Hay estudios que aseguran que la traición amorosa aislada no existe y quien la comete una vez es capaz de reincidir la cantidad necesaria como oportunidades tenga o quiera encontrar. Sin embargo, eso no los libera de sentirse culpables y querer explicar a sus esposas o esposos de lo cometido. Muchos opinan que mejor ser sincero y que si hay amor todo se perdona, pero es un riesgo que muchos no están dispuestos a correr. Ventajas y desventajas. He ahí la cuestión que pesa sobre una balanza que no sabe bien hacia qué sitio es mejor inclinarse.


¿Se puede vivir con el cargo de conciencia?¿Se puede destrozar una pareja de años por un error pasajero?. “Si se mantiene el engaño en secreto, se estará traicionando la intimidad de la pareja”, asegura la psicóloga española Cristina Herraez.

“Es cuestión de tiempo ya que la relación no vuelve a ser lo que era. El que miente se escuda en su farsa para recurrir una y otra vez al engaño hasta que la otra parte comienza a intuir que algo va mal. Si no se blanquea la situación, termina por descubrirse así que siempre aconsejaré que es mejor ir con la verdad y asumir las consecuencias de los propios actos aunque eso signifique la disolución de la relación que en definitiva por algo es que pasan estas cosas y hay que profundizar el porqué uno de los miembros de la pareja se decantó por tener una relación clandestina y paralela”, continúa diciendo.


Hombres y mujeres engañan por igual, pero para ellas es más difícil confesar una traición ya que es más probable que una mujer perdone un engaño a que lo haga un hombre.


Muchos especialistas opinan que un desliz ocurre cuando de manera inconsciente se intenta solucionar un problema de pareja. “No creo en que un engaño sea el intento disfuncional para estabilizar un matrimonio. Si una pareja tiene un problema debe hablarlo y no buscar emergentes que nada bueno traen consigo para solucionar una crisis”, comenta la especialista.


Sin embargo, hay otros profesionales que opinan que no siempre decir la verdad es la mejor opción. “Si es una aventura pasajera, ¿qué pasa con los hijos que se tengan en común?, ¿los años de convivencia, los conflictos por los que se han atravesado juntos?, ¿los proyectos en común?. Todos los seres humanos cometen errores y el tener un amorío puede ser lo mismo que cualquier otra traición que sí se perdona”, sostiene el psicoanalista mexicano Antonio Egarza, quien coordina varios grupos para divorciados de los cuales muchos se arrepienten por haber confesado la verdad a sus parejas ya que ahora se encuentran solos.

Según el profesional, la mujer es más proclive a perdonar infidelidades esporádicas como por ejemplo, las que se pueden mantener con prostitutas, pero rara vez asumen que su marido pueda tener una amante fija de por vida con la que tengan que compartir bienes afectivos y materiales. En el caso del hombre, éste no suele perdonar ningún tipo de infidelidad ya que el daño a su orgullo y fidelidad han sido expuestos y menospreciados de la manera más cruel haciendo mella en su autoestima.


Ventajas de decir la verdad:
- Se apuesta por la confianza y el entendimiento de la pareja.
- Poder reorganizar la relación desde otro punto de partida más saludable y sincero.
- Entender, muchas veces con la ayuda de un profesional y con la contribución de la terapia de pareja, el por qué se ha llegado a cometer la traición.
- Apostar por la comunicación y demostrar que se está arrepentido.
- Sentimiento de alivio.


Desventajas de la confesión:
- El cargo de conciencia que implica mantener un engaño en secreto.
- Asumir el riesgo de una posible separación.
- Hacerse cargo del resentimiento y el deseo de venganza del perjudicado. No todos toman una infidelidad de igual manera. Si la persona es violenta o rencorosa hay que tener sumo cuidado.
- Separación de la familia, si se tienen hijos, más gente se verá implicada.


Contar una infidelidad no siempre es el final, sino el comienzo. Una pareja se puede rehacer con nuevas reglas. Las reacciones ante una infidelidad son difíciles de intuir y muchas veces los resultados son sorprendentes. Aquellos que pensaban que jamás podrían perdonar un engaño pueden ser los que deciden continuar con la relación y dar vuelta a la página, mientras que para otros resulta imposible de llegar a una actitud así. La decisión, sea cual sea, debe ser meditada por ambos y en el clima más ameno posible, para evitar continuar dañando lo que siempre en primera instancia, parece estar derrumbado por completo.




Cómo hacerlo toda la noche...


Muchos hombres no están al tanto de que la eyaculación y el orgasmo son dos cosas separadas. Y esto es así porque en la mayoría de los casos ambos ocurren en forma simultánea.
Pues bien, todo eso está a punto de cambiar. Hoy estás a punto de aprender cómo llegar al punto de la eyaculación, pero sin terminar, y aun así experimentar orgasmos continuos.
Ten en mente que después de la eyaculación, los hombres deben naturalmente esperar un rato antes de volver a encarar la actividad sexual. Y antes de que puedas comenzar a disfrutar de tus orgasmos a granel, necesitas comprender y reconocer al dedillo las sensaciones previas a la eyaculación, de modo que puedas aprender a controlarla.

Deja de hacer lo que estás haciendo

Lo creas o no, retrasar la eyaculación aumentará las sensaciones en tu pene cuando vuelvas a reasumir la actividad. Ya sea que te estés masturbando o teniendo sexo, mientras más a menudo interrumpas la acción antes de la eyaculación, mejor será el resultado final.
Ten en cuenta, no obstante, que si retrasas tu respuesta eyaculatoria con demasiada frecuencia, podrías comenzar a sentir una sensación de dolor y cansancio en los músculos de la zona.
Desde luego, una vez que te decidas a terminar, el orgasmo será uno de los más deliciosos que hayas tenido, a la vez que la cantidad de semen expelida también aumentará considerablemente.

Orgasmos continuos
Antes que nada, ten en mente que posiblemente no seas capaz de controlar la eyaculación porque no estás acostumbrado a detenerte en el momento inmediato anterior. Sin embargo, con un poco de práctica y ejercicio, serás capaz de alcanzar nuestro objetivo.
Intenta...
· Aprender a separar la sensación del orgasmo de la sensación de la eyaculación.
· Contraer tu músculo pubococcígeno (músculo PC).
· Respirar en forma lenta y profunda en medio de la actividad sexual.
· Asumir el control mental sobre tus órganos.
· Calcular cuán cerca de la eyaculación puedes llegar antes de hacerlo.

Ahora sí, esta es la forma de retrasar tu respuesta eyaculatoria para asegurar orgasmos continuos y experimentar un final extremadamente placentero.

Sexo lento

Ya sea que estés embistiendo o estés siendo embestido, tu objetivo debe ser aminorar la marcha del acto sexual para destacar las sensaciones. Busca deleitarte con las sensaciones que sólo pueden producir los movimientos lentos.

Interrumpe la sensación

Ya sea que te estés masturbando o penetrando a una mujer, detén toda estimulación a tu pene cuando sientas que te aproximas a la eyaculación de modo que éste tenga la posibilidad de recuperarse a partir de esa interrupción.
Una vez que la sensación se haya desvanecido, comienza a embestir nuevamente hasta que vuelvas a sentir que se aproxima la sensación. Una vez más, interrumpe la estimulación. Continúa con este método unas cuatro veces más hasta permitir finalmente la eyaculación.

Relaja y contrae tus músculos

En combinación con el método anterior, cuando sientas que estás por terminar y detengas la estimulación, relaja todos los músculos de tus órganos sexuales. Respira profunda y pausadamente.
Una vez que tus músculos se encuentren relajados, contrae tu músculo PC durante un minuto o dos antes de volver a la carga.
Disfruta de los orgasmos

Cuando te detengas y vuelvas a comenzar contra la respuesta eyaculatoria, tus testículos se hincharán y vibrarán, resultando en un orgasmo.
Una vez que consigas dominar los pasos recién mencionados, comenzarás a sentir ese sentimiento eufórico conocido como orgasmo. Mientras que continúas acercándote al momento de la eyaculación, detén la estimulación, relaja tus músculos, contrae el músculo PC, y continuarás disfrutando de sensaciones orgásmicas.

Tiempo de terminar

Ahora sí, puedes terminar. Si bien solemos acelerar el ritmo de la actividad sexual cuando estamos por terminar, cabe señalar que lo mismo sería aminora la marcha o mantenerla; la sensación será la misma.
Aprende a apreciar los procesos interiores de tu cuerpo. Una vez que comiences a apreciar las sensaciones exacerbadas que se producen al retrasar la eyaculación, tu vida sexual dará un vuelco de 180 grados.


Fingir en la cama: ¿sí o no?


Por Lic. Verónica Kenigstein

Un orgasmo es una sensación muy placentera en la cual toda la energía sexual acumulada durante la fase de excitación, se libera a través de una fuerte contracción y espasmo cuyo próximo paso es una profunda relajación. En el caso de las mujeres, luego de un orgasmo suele existir la necesidad de conexión profunda con la persona con quien está. Es un momento importante, de satisfacción y plenitud en el encuentro sexual. Lamentablemente, y aunque parezca poco lógico, hay mujeres que por diversas razones deciden fingir que han alcanzado esta sensación de clímax. Según algunas estadísticas, todas o casi todas las mujeres alguna vez han fingido un orgasmo, cosa con la que, personalmente, no estoy de acuerdo.En realidad es interesante preguntarse cuáles motivaciones llevan a una mujer a negarse esta posibilidad de placer. Entre las respuestas más habituales se encuentran:

  • no quiero herir a mi pareja.
  • ya estaba cansada, quería irme a dormir
  • me da vergüenza tardar tanto
  • él me presionaba y quería satisfacerlo.


El orgasmo femenino tiene algunos signos sutiles y casi imperceptibles, que sólo algunos hombres están preparados para detectar, por eso se le hace tan difícil a la mayoría descubrir si la explosión de placer de su compañera es real o fingida. La vulva, vagina y útero tienen contracciones rítmicas, la respiración sube de ritmo e intensidad, algunas partes de la piel se ponen rojas, y en algunas ocasiones, hay sacudidas espasmódicas del cuerpo. La única forma real de saber si una persona ha tenido un orgasmo es preguntándole (los hombres también pueden fingir un orgasmo).En la mayoría de los casos, las mujeres necesitan estímulo adicional del clítoris para lograr la experiencia orgásmica, además de la penetración. Además, se hace necesario haber establecido un vínculo de confianza que le permita entregarse a sus sensaciones y abandonar el control.El problema de fingir radica en que la mujer se está perdiendo una posibilidad importante con respecto a su sexualidad que tiene que ver con su satisfacción, su placer y su salud. La descarga orgásmica es necesaria para completar un ciclo energético natural, vital y saludable. La dificultad de completar este ciclo, a la larga puede generar disfunciones en la salud tales como dolores de cabeza, mal humor, puede ser una de las causas del síndrome pre-menstrual, entre otras molestias. Lo que ocurre al anular la descarga mediante el orgasmo es similar al circuito del estrés, donde hay una congestión y una acumulación de adrenalina que, al no evacuarse, nos deja en un estado de presión e insatisfacción permanente, con su correlato corporal.Por responder a una presión externa de su compañero (y a veces propia) originada en su necesidad de “demostrar” su habilidad como amante, muchas veces se pierde el sentido del encuentro.

La velocidad y la presión por conseguirlo son los peores enemigos del orgasmo femenino. Es como si ella quisiera tener un orgasmo “para él”.Cómo fingir un orgasmo sin engañarte a ti mismaLa única persona a la que realmente una mujer engaña al fingir un orgasmo, es a sí misma. Te propongo reflexionar sobre esta realidad e invitar a tu pareja a conversar sobre el tema para encontrar juntos la forma más placentera de relacionarse.Es importante poder mantener abiertos los canales de comunicación que permitan explorar a ambos las formas más efectivas de lograr placer. Pedir lo que a cada uno le gusta, escuchar lo que la otra persona pide sin sentirse ofendido, acompañar en ritmos, presiones e intensidades y saber leer los signos de placer o displacer de la otra persona. En todo caso, fingir jugando, incorporándolo como un juego puede contribuir a estimular la excitación lo que finalmente puede contribuir a pasar a la próxima etapa y gatillar la verdadera descarga. Jugar a “como si” puede ayudar al lograr verdaderamente el “síiii”.

http://www.senderosdelplacer.com.ar/

(011) 4586-1070
Buenos Aires • Argentina
Imagen: http://www.notodo.com/secciones/blog/imagen/5783_1.jpg

La vida sexual de los mayores de 70 años ha mejorado

Según un estudio sueco, una mayor proporción de septuagenarios dice tener muy buenas relaciones sexuales. Además, más mujeres confesaron haber tenido un orgasmo.
Los septuagenarios que tienen una vida sexual activa son cada vez más, y en concreto las mujeres de esa franja de edad parecen particularmente satisfechas, según un estudio efectuado en Suecia y publicado hoy por el British Medical Journal.
Los investigadores de la Universidad de Goteborg, dirigidos por Nils Beckman, estudiaron los resultados de entrevistas realizadas a septuagenarios en distintas épocas: 1971-72, 1976-77, 1992-93 y 2000-2001. En total, 1.500 personas, heterosexuales, fueron interrogadas sobre su vida sexual.
Entre 1971 y 2001, el número de septuagenarios de ambos sexos que tiene vida sexual activa aumentó: del 52 al 68% en el caso de los hombres casados o que viven en pareja, del 38 al 56% para las mujeres casadas o en pareja, del 30 al 54% para los hombres no casados y del 0,8 al 12% para las mujeres no casadas.
Las relaciones sexuales también se hicieron más frecuentes: al menos una vez por semana para el 10% de los hombres sexualmente activos en 1971 y para el 31% en 2001. Las cifras son respectivamente de 9% y 26% entre las mujeres con una vida sexual activa.
Entre 1971 y 2001, una mayor proporción de hombres (57% frente al 40%) y de mujeres (52% frente al 35%) dice tener muy buenas relaciones sexuales.
También las mujeres que aseguran haber tenido orgasmos son muchas más (83% de las sexualmente activas en 2001 frente al 59% en 1971), al igual que son menos las que dicen no haber tenido uno nunca (6% frente al 41%).
Sin embargo, hay más hombres que confiesan haber mantenido una relación poco satisfactoria. Para los autores del estudio, la explicación está en que hoy día es más fácil admitir un fracaso sexual.
Los autores del estudio destacan, además, las limitaciones de su trabajo y apuntan a que quienes se negaron a responder a las preguntas, más numerosos en 2000-2001 que treinta años antes, podrían ser precisamente quienes no tienen una vida sexual satisfactoria.
Fuente: AFP

miércoles, 9 de julio de 2008

Mantener relaciones sexuales previene la disfunción eréctil

Un estudio sostuvo que los hombres que mantienen menos de una relación sexual semanal tienen el doble de posibilidades de sufrir este problema que quienes lo hacen.
Una mayor frecuencia de relaciones sexuales reduce los riesgos de padecer de disfunción eréctil en hombres adultos, según un estudio finlandés publicado en la edición de julio del American Journal of Medicine.
Según investigadores del Departamento de Urología del hospital universitario de Tampere, los hombres que mantienen menos de una relación sexual semanal tienen el doble de posibilidades de sufrir problemas eréctiles que quienes hacen el amor una vez a la semana.
Los científicos encontraron que 79 de cada 1.000 hombres con menos de un encuentro sexual semanal tienen problemas de erección, un mal que afecta a 32 de cada 1.000 entre quienes hacen el amor al menos una vez por semana. Y la tasa de disfunción eréctil cae a 16 por mil cuando tienen relaciones sexuales tres o más veces en la semana.
Para las observaciones, realizadas durante cinco años sobre 989 hombres de entre 55 y 75 años en Finlandia, se tomó en cuenta otros factores que pueden provocar problemas eréctiles, como las enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, depresión).
"Las relaciones sexuales regulares cumplen un papel importante en la protección de la función eréctil en los ancianos", aseguró Juha Koskimaki, coautor del estudio.
Fuente: AFP

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Psicólogo clínico. Orientador en salud sexual y reproductiva. Especializado en temas de sexualidad humana. Expositor, conferencista y facilitador de talleres en temas afines. Miembro de la Red Peruana de Masculinidades. Psicoterapeuta de adolescentes, jóvenes, adultos y parejas.